Tras una emboscada hostil a los jugadores del OGC Nice, la continuidad del principal grupo ultra del club vuelve a estar bajo escrutinio, aunque las autoridades no ven base legal para su disolución

Niza. Francia – Los graves incidentes del domingo por la noche, cuando alrededor de 200 ultras de la Populaire Sud bloquearon y hostigaron a los jugadores del OGC Nice, han reactivado el debate sobre la posible disolución del grupo. Sin embargo, según L’Équipe, los hechos no cumplen los requisitos legales para que el Ministerio del Interior abra un procedimiento.
La tensión entre los aficionados radicales del OGC Nice y el primer equipo venía creciendo desde hace semanas. La humillante derrota ante el Olympique de Marsella (1-5) durante la celebración del 40º aniversario de la Populaire Sud, seguida por los reveses ante el Oporto (0-3) en Europa League y el reciente 1-3 en Lorient, encendieron los ánimos hasta un punto previsible, según recoge L’Équipe.
El pasado domingo, cerca de 200 aficionados encapuchados y vestidos de negro, armados con bengalas y morteros, interceptaron el vehículo de los jugadores a pocos metros del centro de entrenamiento. El informe policial, al que accedió L’Équipe, describe una atmósfera “muy hostil”, con insultos, empujones y zarandeos a los futbolistas. Entre los afectados estuvieron Terem Moffi y Jérémie Boga, quienes incluso recibieron golpes, tal y como detalló el propio periódico francés.
A pesar de ello, las fuerzas del orden no registraron daños materiales, heridos de gravedad ni detenciones. Un miembro del sindicato policial Alliance afirmó:
“Los aficionados parecen haber querido asustarlos para marcar el golpe”.
Precisamente esta ausencia de violencia grave o delitos tipificados es determinante para entender por qué no se ha abierto un proceso de disolución.
La Populaire Sud nació como sucesora de la Brigade Sud, grupo ultra disuelto en 2010 por repetidos actos violentos. Desde entonces, las autoridades mantienen una atención constante sobre sus actividades. Pero, según las fuentes consultadas por L’Équipe, los incidentes del domingo no cumplen los criterios jurídicos para una disolución administrativa: no hubo lesiones graves, daños significativos, delitos organizados ni atentados contra la integridad física de forma masiva.
El actual ministro del Interior, Laurent Núñez, conoce muy bien el fenómeno ultra tras su paso por las prefecturas de Marsella y París. Aunque todavía no ha abierto un expediente formal, el asunto ya ha llegado a Place Beauvau, según el citado medio. No obstante, por ahora no se prevé una actuación similar a la que llevó en su día a la disolución de la Brigade Sud.
El OGC Nice sigue bajo vigilancia, mientras el club intenta contener una fractura evidente entre el equipo y su sector ultra más duro. Los incidentes, aunque graves, parecen haber tenido como objetivo mostrar presión más que desencadenar violencia explícita. Por ese matiz —legalmente esencial—, la Populaire Sud, de momento, continúa existiendo.





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