El colegiado Munuera Montero activó el protocolo de seguridad después de que los ultras sevillistas lanzaran objetos desde la grada del Gol Norte durante un córner a favor del Betis

El árbitro del partido hablando con Manuel Pellegrini y Matias Almeyda; foto: MARCA.
El árbitro del partido hablando con Manuel Pellegrini y Matias Almeyda; foto: MARCA.

Sevilla, España – El derbi entre Sevilla FC y Real Betis volvió a demostrar que la tensión en la capital andaluza no conoce límites. En el minuto 87, una lluvia de objetos lanzados por los ultras del Sevilla obligó a suspender temporalmente el encuentro, justo cuando el Betis se disponía a sacar un córner con el marcador 0-2 a su favor.

Los derbis sevillanos siempre son de alto voltaje, y el disputado este domingo en el Sánchez-Pizjuán no fue la excepción. Tal y como informó El Confidencial, el ambiente ya venía caldeado desde la noche del viernes, cuando una reyerta multitudinaria entre ultras de ambos clubes se saldó con 14 detenidos en las inmediaciones del estadio. Sin embargo, la tensión no se materializó durante gran parte del partido… hasta el tramo final.

El Real Betis, superior durante todo el choque, dominaba con claridad gracias a los goles de Pablo Fornals y Altimira, que habían puesto el 0-2 en el marcador. La expulsión de Isaac Romero por una entrada a destiempo sobre Valentín Gómez, sancionada con roja directa, encendió aún más a la grada sevillista. A partir de ese momento, el duelo comenzó a torcerse.

Cuando el cronómetro marcaba el minuto 87, y el Betis se disponía a ejecutar un saque de esquina, los ultras situados en la grada de Gol Norte comenzaron una lluvia de objetos hacia el área. Según recoge Europa Press, los lanzamientos no cesaban pese a los avisos del árbitro, lo que obligó a que Munuera Montero activara el protocolo de seguridad y hablara con los capitanes, entrenadores, Policía y delegado de campo.

Ante la imposibilidad de controlar la situación desde la grada, el colegiado tomó la decisión de suspender temporalmente el encuentro. Tanto él como los jugadores se retiraron al túnel de vestuarios. La interrupción duró aproximadamente 15 minutos, tiempo en el que se valoró incluso la suspensión definitiva del partido si continuaban los incidentes, como marca el reglamento de LaLiga.

Finalmente, y tras comprobar que la situación estaba controlada, los equipos regresaron al césped para disputar los últimos instantes: tres minutos reglamentarios más seis de añadido. El Betis mantuvo su ventaja y firmó algo que no lograba desde 2018: ganar de nuevo en el Sánchez-Pizjuán.

El episodio reabre el debate sobre la seguridad en los estadios y la responsabilidad de los grupos ultras, especialmente en encuentros de máxima rivalidad. LaLiga ha endurecido en los últimos años los protocolos contra la violencia, pero sucesos como los vividos en este derbi evidencian que el problema persiste.

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