El sistema defensivo de Chivu en jugadas a balón parado no termina de consolidarse: el Inter ya ha encajado más de la mitad de los goles de córner recibidos en toda la temporada pasada

Milán, Italia – El Inter de Cristian Chivu enfrenta un problema creciente: la defensa en zona en los saques de esquina no está funcionando. En apenas 21 partidos, el equipo ya ha recibido cuatro goles en contra desde el córner, una cifra que resalta aún más si se compara con los siete tantos encajados durante toda la temporada pasada con Simone Inzaghi.
La derrota ante el Atlético de Madrid volvió a poner el foco en un aspecto preocupante del nuevo Inter: la vulnerabilidad defensiva en los córneres. Según detalla el diario italiano La Gazzetta dello Sport, el tanto de José María Giménez, que puso el 2-1 en el Metropolitano, ejemplifica las dificultades del conjunto de Chivu para dominar la defensa zonal implementada esta temporada.
En esa acción, captada al detalle por las cámaras y analizada posteriormente por Sky Sport Italia, se observa a diez jugadores del Inter defendiendo dentro del área ante solo seis rivales. A pesar de la superioridad numérica, Giménez detectó el espacio perfecto entre Akanji y Bastoni, señalando previamente a Griezmann dónde colocar el balón. El uruguayo saltó con comodidad, sin una marca directa, y cabeceó a placer.
El problema no es aislado. Con Chivu, el Inter ya ha encajado cuatro goles de córner en 21 partidos, contando Serie A, Champions y Mundial de Clubes. En contraste, bajo la dirección de Simone Inzaghi, el equipo recibió solo siete goles en 59 partidos. Una diferencia evidente que, según apunta Corriere dello Sport, tiene una explicación clara: el cambio de sistema.
Con Inzaghi, el Inter defendía al hombre, con asignaciones claras en cada balón parado. Los ejemplos del año pasado ante Barcelona y Bayern, destacados por La Gazzetta, reflejan una estructura más rígida: Dimarco seguía a Pedri, otros tres jugadores vigilaban a Ferran Torres y cada defensor tenía un rol preciso. Una dinámica completamente opuesta a la actual defensa zonal.
La filosofía de Chivu, sin embargo, busca mayor control del espacio y capacidad de reacción ante las segundas jugadas. Pero la adaptación lleva tiempo. Y mientras tanto, los rivales castigan. El gol encajado ante el Kairat en Champions —donde Arat se anticipó a Dumfries— es otro ejemplo del desorden que aparece en estas situaciones.
Los números hablan claro: el Inter está recibiendo más goles a balón parado que en la etapa anterior. No hay un sistema infalible, como recuerdan los analistas de DAZN Italia, pero sí un dato preocupante para un equipo que aspira a dominar en Italia y en Europa. Chivu deberá ajustar mecanismos y roles cuanto antes si quiere evitar que los córneres sigan siendo un problema recurrente.





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