El exdefensa del Atalanta y Milan anuncia su retiro a los 31 años tras ser desahuciado por los médicos: «Ya no tienes cartílago del tobillo». Confiesa el periodo de depresión y la «oscuridad» que vivió

Milán, Italia – La carrera de Mattia Caldara, marcada por el ascenso fulgurante y las devastadoras lesiones, ha llegado a un prematuro y doloroso final. A sus 31 años, el exdefensor de la Selección Italiana anunció su retiro del fútbol profesional a través de una carta abierta, donde confiesa los años de sufrimiento físico y mental que lo obligaron a tomar la difícil decisión.
«Querido fútbol, te saludo. He decidido dejarlo. No, no fue fácil decidirlo,» comienza la emotiva misiva. La decisión se precipitó en julio, tras una visita al especialista: «Mattia ya no tienes cartílago del tobillo. Si continúas en unos años tendremos que ponerte una prótesis». «Mi cuerpo me había traicionado. Esta vez, tal vez, de manera definitiva», escribió Caldara.
La rodilla rota, el punto de inflexión
Caldara relata que su vida cambió drásticamente con la lesión de rodilla que sufrió en el Milan: «Sentí que la tierra cedía bajo mi pie. Me derrumbé. Primero físicamente, luego mentalmente». Estaba en la cima de su carrera, pero tras ese «crack» nunca pudo volver a ser el mismo.
Esta búsqueda de una «utopía» lo destruyó mentalmente. El dolor, las dudas, las expectativas frustradas y la incapacidad de volver a sus mejores niveles lo llevaron a un pozo de tristeza y frustración que describe como «oscuridad».
«No sé si se llama depresión. Sin embargo, sé lo que sentí… Ya no podía caminar por la calle con la cabeza en alto.»
El exjugador confiesa que su malestar afectó a sus seres queridos, llevándolo a vivir «encerrado en una burbuja». Las palabras de su esposa, “Ya no te reconozco, no eres tú mismo”, lo hicieron darse cuenta del daño que estaba causando.
El arrepentimiento en Turín
Caldara también abordó su mayor arrepentimiento: su decisión de abandonar la Juventus en 2018 (donde estaba cedido en Bérgamo y luego volvió brevemente) para fichar por el Milan. «Mirando hacia atrás hubiera sido mejor quedarse allí«, admite.
Reconoce que le faltó «fuerza mental y madurez» para ser paciente, aprender de campeones como Chiellini y Bonucci, y esperar su momento en Turín. «Es el mayor arrepentimiento que tengo, lo único que cambiaría volviendo».
Tras la última advertencia médica sobre su tobillo, decidió que era «el momento de decir basta» para «retomar mi vida» y ser libre de ser él mismo, poniendo punto final a un calvario de años.





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