El Atlético de Madrid comunica oficialmente a sus accionistas la venta mayoritaria del club al gigante de inversión estadounidense Apollo Global Management

Miguel Ángel Gil, Cerezo y una persona de Apollo Global Management, posando; foto: Apollo Global Management.
Miguel Ángel Gil, Cerezo y una persona de Apollo Global Management, posando; foto: Apollo Global Management.

El Atlético de Madrid ha entrado de lleno en una nueva era financiera e institucional. En un movimiento largamente anticipado por los mercados, la directiva rojiblanca comunicó este lunes a su cúpula accionarial el acuerdo definitivo para la venta de una participación mayoritaria de la entidad al fondo de inversión estadounidense Apollo Global Management. Esta operación, valorada en miles de millones de euros, no solo redefine la estructura de propiedad del club, sino que también inyecta un músculo financiero clave para los ambiciosos proyectos de expansión deportiva y patrimonial de los colchoneros en los próximos años.

El fondo Apollo, uno de los actores más potentes del panorama financiero global, tomará el control efectivo del capital social, haciéndose con una participación que diversas fuentes sitúan entre el 51% y los dos tercios de las acciones del club. Este proceso culmina meses de intensas negociaciones que arrancaron a principios de 2025 y que han puesto al Atlético de Madrid en el foco inversor mundial. La valoración total del club se estima entre los 2.000 y 3.000 millones de euros, consolidando al equipo madrileño como una de las franquicias deportivas más valiosas de La Liga y de Europa.

Un aspecto crucial de la operación, y que busca tranquilizar a la masa social, es la continuidad del actual núcleo de gestión. Tanto el Consejero Delegado, Miguel Ángel Gil Marín, como el Presidente, Enrique Cerezo, mantendrán sus puestos ejecutivos y una presencia minoritaria en el accionariado. Este esquema asegura que el conocimiento interno y la filosofía que han guiado al club en las últimas décadas no se pierdan en la transición, garantizando la estabilidad institucional y una hoja de ruta deportiva sin sobresaltos inmediatos.

La entrada de capital estadounidense persigue varios objetivos estratégicos: financiar el desarrollo de la Ciudad Deportiva de Alcalá de Henares, potenciar la marca Atlético de Madrid a nivel global —especialmente en el lucrativo mercado norteamericano— y, fundamentalmente, dotar al club de capacidad para competir al máximo nivel en el mercado de fichajes con los gigantes europeos. El comunicado interno subraya que la inversión de Apollo está orientada a consolidar el proyecto deportivo, manteniendo el nivel de exigencia en La Liga y aspirando a cotas mayores en la UEFA Champions League.

La afición, a la espera de un anuncio público y detallado por parte de la entidad, observa la operación con una mezcla de expectación e incertidumbre. Si bien la llegada de grandes fondos suele ser sinónimo de recursos para fichajes estelares, también plantea interrogantes sobre el futuro a largo plazo y el mantenimiento de la identidad del club. Lo que es innegable es que el 10 de noviembre de 2025 pasará a la historia como el día en que el Atlético de Madrid confirmó un cambio de propiedad que, para bien o para mal, marcará su rumbo en las próximas décadas.

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