El técnico croata perdió los nervios con el delantero nigeriano durante el encuentro ante el Napoli. El episodio recuerda a otro incidente de Juric con De Bruyne en su etapa en Bélgica

Bérgamo — La Atalanta vive días convulsos tras un nuevo episodio de tensión entre su entrenador, Ivan Jurić, y el atacante Ademola Lookman. Según informó Corriere dello Sport, ambos protagonizaron una acalorada discusión en pleno partido de Champions League ante el Napoli, que estuvo a punto de terminar en un enfrentamiento físico.
El incidente se produjo durante la segunda mitad del encuentro, cuando Jurić, visiblemente enfadado por la falta de intensidad defensiva del jugador, gritó duramente desde la banda reclamando mayor implicación. Lookman, molesto por las formas del técnico, respondió con gestos de desaprobación, lo que provocó que el croata se dirigiera hacia él en actitud airada. Varios miembros del cuerpo técnico y algunos suplentes tuvieron que intervenir para separar al entrenador y al futbolista, evitando que la confrontación fuera a mayores.
El comportamiento de Jurić no es nuevo. El propio Corriere dello Sport recuerda que el técnico ya había tenido un encontronazo similar con Kevin De Bruyne durante su etapa como asistente técnico en el Genk. En aquella ocasión, la discusión también surgió por un reproche táctico y terminó con la intervención de terceros para calmar los ánimos. El carácter temperamental del entrenador croata es bien conocido en Italia, y aunque su intensidad suele ser valorada como una virtud, este último episodio ha reabierto el debate sobre sus métodos de gestión emocional.
Tras el partido, la Atalanta intentó restar importancia al incidente. En un comunicado breve, el club señaló que “el intercambio entre el entrenador y el jugador forma parte de la tensión natural de la competición” y que “no hay ningún conflicto personal entre ellos”. Sin embargo, fuentes internas citadas por Corriere dello Sport aseguran que la relación entre Jurić y algunos futbolistas se ha deteriorado en las últimas semanas, especialmente con aquellos que han perdido protagonismo en las rotaciones.
En la rueda de prensa posterior, Jurić fue preguntado directamente por el altercado con Lookman. Su respuesta fue tan directa como fría:
“No me gusta cuando un jugador se desconecta del equipo. Todos deben correr y sacrificarse. No hay nada personal, pero quien no lo entienda, no jugará.”
Lookman, por su parte, evitó declaraciones públicas, aunque allegados al futbolista aseguraron al medio italiano que el jugador “se sintió humillado por la manera en que el entrenador le habló delante de todos”.
La escena ha generado una fuerte repercusión mediática en Italia. Algunos analistas defienden la actitud de Jurić como una muestra de exigencia competitiva, mientras que otros la consideran un error de liderazgo que podría romper la cohesión del vestuario.
El exjugador y comentarista Antonio Cassano fue especialmente crítico:
“Jurić tiene carácter, sí, pero hay una línea que no se puede cruzar. Un entrenador debe mantener la calma incluso cuando está furioso.”
La tensión llega en un momento clave para la Atalanta, que no atraviesa su mejor racha en Serie A y necesita resultados positivos en Europa para asegurar su clasificación a los octavos de final. El club confía en que el episodio no afecte al rendimiento del equipo ni a la convivencia interna.
El altercado entre Jurić y Lookman refleja el ambiente de alta presión que vive la Atalanta esta temporada. Aunque el club lo considera un incidente puntual, el suceso deja al descubierto la fragilidad del equilibrio interno y la necesidad de reconducir la situación antes de que la tensión afecte al rendimiento colectivo.





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