Una decisión de VAR por mano invalida un gol crucial del delantero del Stuttgart y reaviva el debate sobre la rigidez de las normas europeas

Stuttgart – El fútbol europeo se encuentra nuevamente inmerso en una discusión sobre la aplicación estricta del reglamento tras el incidente que tuvo como protagonista a Deniz Undav, atacante del VfB Stuttgart. Lo que parecía un gol legítimo y determinante en un encuentro de la UEFA Champions League, fue anulado por el VAR debido a una mínima e involuntaria infracción de mano, desatando una ola de críticas hacia la organización continental y su, según kicker, «pie estrecho» en la interpretación de las normas. El caso Undav simboliza la tensión actual entre la literalidad del reglamento y el espíritu del juego, evidenciando cómo la rigidez normativa puede contradecir la lógica deportiva.
El episodio ocurrió durante un partido crucial de la fase de grupos, donde el Stuttgart se enfrentaba a un rival directo por la clasificación. Corría el minuto 82 cuando Undav, tras una brillante jugada colectiva, batió al portero rival. La celebración fue efusiva, pues el tanto significaba una ventaja crucial en la recta final del encuentro. Sin embargo, el júbilo se transformó en frustración cuando el árbitro, alertado por la sala VOR, revisó la jugada en el monitor. La repetición mostró que, en la acción previa al remate a portería, el balón rozó el brazo del delantero alemán. El contacto fue tangencial y completamente accidental, sin que existiera la más mínima intención de Undav de controlar o desviar el esférico con la extremidad.
No obstante, la normativa actual de la UEFA, especialmente en lo que respecta a la «mano ofensiva», deja muy poco margen para la discrecionalidad arbitral. De acuerdo con su interpretación rígida, cualquier contacto del brazo o la mano de un atacante con el balón inmediatamente antes de marcar gol, incluso si es involuntario, debe resultar en la anulación del tanto. Esta regla, diseñada para eliminar cualquier tipo de ventaja obtenida por el atacante con la mano, está siendo criticada por su excesivo celo.
Aquí es donde entra en juego el concepto del «pie estrecho» (schmale Fuß) de la UEFA, una metáfora utilizada por el medio alemán kicker para señalar la interpretación estricta y limitante de la entidad europea. La crítica se centra en que la normativa ignora el contexto de la jugada. En el caso de Undav, el toque fue una consecuencia natural de su movimiento en carrera y su acción de remate; no obtuvo una ventaja material. La anulación del gol no solo supuso la pérdida de puntos vitales para el Stuttgart, sino que también reabrió el debate en Alemania sobre si la tecnología, en lugar de aportar justicia, está fomentando una obsesión por el detalle que va en detrimento del espectáculo y de la propia lógica futbolística.
Expertos y analistas deportivos argumentan que la UEFA debería seguir el camino marcado por otras federaciones que han optado por interpretaciones más flexibles, donde el criterio de la intencionalidad o de la obtención de una ventaja evidente tiene más peso. Se sugiere que si la mano no es utilizada deliberadamente, el gol debería prevalecer. La rigidez actual obliga a los árbitros a aplicar una regla ‘de libro’ que a menudo choca con la realidad del juego, generando decisiones que se sienten profundamente injustas para los equipos afectados. El «caso Undav» se suma así a la lista de polémicas que reclaman una revisión urgente de las directrices del organismo rector del fútbol europeo para encontrar un equilibrio entre la claridad de las normas y la humanidad del deporte.





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