El jugador del Elche afirma que han viralizado supuestos mensajes comprometidos que no envió, acusando una grave vulneración de su reputación

Elche — Marc Aguado, futbolista del Elche CF, ha salido públicamente a defenderse tras la difusión de mensajes en redes sociales que se le atribuían y que, asegura, no envió. El jugador ha denunciado una suplantación de identidad y señaló que se le acusa de “un hecho falso y muy grave”.
En declaraciones recogidas por Radio Marca, Aguado calificó las acusaciones de completamente infundadas y adelantó que emprenderá acciones legales para esclarecer lo sucedido y preservar su honor. El club está evaluando también su propia respuesta institucional.
Contexto del caso
Según fuentes mediáticas, los mensajes supuestamente publicados desde una cuenta que se hacía pasar por él contenían contenido sensible y comprometedor, lo que amplificó el impacto mediático de la polémica. Aguado sostiene que nunca redactó esos textos, los cuales habrían sido generados por terceros con la intención de dañar su imagen.
El jugador recordó que sucede en un contexto donde la suplantación digital y la difusión de contenidos falsos se han convertido en riesgos cada vez más frecuentes para figuras públicas y personas en general. En España, la suplantación de identidad en redes puede considerarse un delito cuando induce a error o perjudica la reputación del afectado.
Reacción institucional y posibles pasos legales
Aunque el club Elche aún no ha emitido un comunicado oficial (o al menos no ha sido localizado en las fuentes disponibles), se espera que respalde a su jugador en la denuncia. Por su parte, Aguado ha manifestado su intención de que las instancias deportivas o judiciales determinen responsabilidades y restituyan la verdad.
En el plano jurídico, el caso podría dar lugar a denuncias por delitos contra el honor (difamación o injurias) o contra la privacidad, así como por delitos informáticos relacionados con la usurpación de identidad digital.
La suplantación de identidad en redes sociales no es un fenómeno aislado. Con el incremento de herramientas digitales, plataformas abiertas y la viralidad de contenidos, muchas personas han sido víctimas de perfiles apócrifos, mensajes falsos o manipulaciones digitales.
Las leyes españolas tipifican ciertas conductas de suplantación como delito cuando conllevan engaño o daño real al afectado. En los últimos años, los tribunales han reconocido la necesidad de proteger la dignidad personal frente a estas acciones y de exigir sanciones proporcionales.
El caso de Aguado pone de relieve el potencial daño que pueden causar este tipo de acciones: afectación a la carrera profesional, repercusiones mediáticas negativas y desgaste personal, incluso cuando las acusaciones carecen de fundamento.





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