Frente al PSG, el Olympique de Marsella exigió que el partido fijado por reglamento para este lunes no se moviera, a pesar de la coincidencia con la gala del Balón de Oro

El clásico OM-PSG de la Ligue 1, originalmente previsto para el domingo por la noche, fue reprogramado para lunes 22 de septiembre a las 20:00 horas a causa de fuertes tormentas en la región de Marseille. Sin embargo, la decisión no fue sencilla: según informa L’Équipe, la LFP pretendía aplazar el duelo al martes, para evitar que coincidiera con la ceremonia del Balón de Oro 2025, pero esos planes se toparon con la firmeza del Olympique de Marseille (OM).
La LFP afirma que OM amenazó con emprender una procedimiento legal si el partido no se cumplía según lo dictado por el artículo 548 del reglamento de competición ‒ que estipula que, cuando un partido no puede disputarse por clima adverso, debe reanudarse al día siguiente salvo condiciones extremas, en el horario fijado por los servicios correspondientes.
El club marseillés, por su parte, insistió en que el marco legal estaba de su lado, y que la normativa respaldaba su exigencia de que el Clásico se jugase este lunes en lugar de retrasarse más. Para OM, el lunes era la fecha obligada según lo que marca el reglamento, dejando claro que no aceptarían que el encuentro se jugara en otra fecha.
En la práctica, la LFP se vio obligada a ceder ante la presión del OM. Aunque preferían un aplazamiento al martes para evitar solapamientos mediáticos con el Balón de Oro (que arrancará esa noche y contaría con nominados del PSG), el reglamento bloqueó esa opción.
En resumen, este episodio pone de manifiesto la tensión entre intereses deportivos, reglamentarios y mediáticos en el fútbol francés. OM ha logrado que se respete el reglamento con firmeza, la LFP ha tenido que equilibrar seguridad, normativa y presión mediática, y el PSG se ve envuelto en la polémica por la coincidencia de fechas. Las consecuencias políticas y de imagen podrían seguir latentes más allá del silbato inicial.





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