La cadena qatarí cuestiona restricciones contractuales sobre la programación de partidos dominicales mientras acumula retrasos de pagos y se prepara para la vía judicial

El enfrentamiento entre beIN Sports y LFP Media, la filial comercial de la Ligue de Football Professionnel, persiste mientras la temporada 2025–26 avanza. En el centro del conflicto está el derecho exclusivo que la cadena franco-qatarí tiene sobre el partido estelar del sábado a las 17 h, cifra que asciende a 78,5 millones de euros anuales, y las estrictas restricciones de programación que impone la LFP. beIN denuncia que no puede emitir más de ocho veces a la misma plantilla durante la temporada ni retransmitir dos fines de semana consecutivos el mismo club —lo que, según la emisora, limita su capacidad competitiva—.

Además, beIN Sports ha retrasado el pago de una de sus dos obligaciones de agosto, abonando solo 14 millones de los 18 millones debidos, en una estrategia que combina presión legal y mediática. En respuesta, la emisora ha recurrido al tribunal de comercio de París para impugnar estas restricciones y defender su posición. 

En una reunión convocada el 26 de agosto, representantes de ambas instituciones —incluidos el director general de LFP Media, Nicolas de Tavernost, y el máximo responsable de beIN, Yousef al-Obaidly— intentaron suavizar la tensión. LFP ofreció flexibilizar la normativa: permitir dos retransmisiones seguidas del mismo club y subir el límite anual de ocho a diez emisiones, siempre y cuando Visit Qatar abone los 20 millones de euros de patrocinio pactados. Por ahora, no se ha alcanzado ningún acuerdo definitivo.

Este enfrentamiento no ocurre en un contexto aislado. Tras el fracaso del contrato con DAZN, frustrado por impagos y litigios, la LFP lanzó su propio servicio, Ligue 1+, en agosto, con la intención de recuperar control sobre la emisión de ocho de los nueve partidos por jornada.

En síntesis, la fricción entre beIN Sports y LFP Media expone las frágiles bases financieras del fútbol francés y la urgencia por modernizar su modelo audiovisual. A falta de acuerdo, el futuro de la difusión de la Ligue 1 seguirá pendiendo de decisiones judiciales y una estrategia más abierta entre actores fundamentales.