El técnico neerlandés lamenta su cese fulminante tras solo dos partidos de Bundesliga y exige espacio y respaldo para construir un proyecto sólido

Erik Ten Hag ha estallado ante la abrupta decisión del Bayer Leverkusen: ser despedido después de únicamente dos partidos de Bundesliga le ha resultado una auténtica “sorpresa total”, según señaló en un comunicado difundido por su agencia.

Firmado en mayo para sustituir a Xabi Alonso, quien se marchó al Real Madrid, Ten Hag regresó al banquillo apenas para ver cómo su renovación del equipo quedaba truncada antes incluso de comenzar. La temporada empezó con un 2-1 ante Hoffenheim, seguido de un vertiginoso 3-3 frente al Werder Bremen, pese a jugar ante un rival con un hombre menos. Fue justo después de este partido cuando se oficializó su destitución.

El técnico criticó duramente la falta de visión del club. “Construir un equipo nuevo y cohesionado es un proceso minucioso que requiere tiempo y confianza… Comencé este trabajo con plena convicción y energía, pero lamentablemente la directiva no me brindó ni el tiempo ni la confianza necesaria”, declaró Ten Hag con notable fragmentación emocional. Y fue aún más directo: “Siento que esta nunca fue una relación basada en confianza mutua”.

El proyecto que dejó Xabi Alonso—campeón invicto de Bundesliga, ganador de la Copa alemana y finalista de Europa League—se vio desmantelado con el verano más caótico. Hubo una fuga masiva de jugadores clave como Florian Wirtz, Jeremie Frimpong, Granit Xhaka o Jonathan Tah, lo cual dejó una estructura muy debilitada para quien llegaba con esperanzas de continuidad.

Ten Hag apeló a su historial de éxito como técnico: desde múltiples ligas en el Ajax hasta un breve pero victorioso paso por el Manchester United. Subrayó que “los clubes que depositaron su confianza en mí fueron recompensados con éxito y títulos”.

Mientras, el Bayer Leverkusen ya trabaja en alternativas. Según fuentes alemanas, técnicos como Oliver Glasner, actual entrenador del Crystal Palace, están en la lista de candidatos, junto con otros nombres como Xavi Hernández o Edin Terzić. 

En resumen, Ten Hag cerró su etapa en Leverkusen con un sabor amargo: confiado, preparado y a disposición, pero sorprendido por un entorno que no le otorgó ni el tiempo ni la confianza que demandaba un desafío monumental. Ahora, el club deberá recomponer su plan y encontrar un liderazgo capaz de surtir efecto «desde ya», como exigía su exigente calendario.