El regreso del central desde Arabia Saudí quedó bloqueado por cuestiones administrativas y el club estudia sus opciones

El Athletic Club soñaba con un cierre de mercado inolvidable: el retorno de Aymeric Laporte, uno de los canteranos más ilustres que salió de Lezama. Sin embargo, el entusiasmo se convirtió en frustración cuando, a última hora, el fichaje se cayó por un problema administrativo. El transfer internacional del jugador, procedente del Al Nassr, no llegó a tiempo y la LaLiga impidió su inscripción oficial.
Desde el club bilbaíno aseguran que todos los trámites se completaron dentro de plazo, pero la documentación no se cargó en el sistema de forma correcta antes del cierre. La normativa de la competición es estricta en estos casos y no contempla excepciones, lo que deja al central en una situación incierta.
Laporte, de 31 años, había dado ya el visto bueno para regresar a San Mamés. El defensor jugó más de 200 partidos con el Athletic entre 2012 y 2018, antes de ser traspasado al Manchester City por 65 millones de euros. Tras ganar múltiples títulos en Inglaterra y una experiencia en Arabia Saudí, su vuelta estaba llamada a convertirse en uno de los grandes movimientos del verano.
La frustración no solo es deportiva, también emocional. La afición rojiblanca esperaba con ansias el regreso de un jugador que siempre se declaró agradecido al club que lo formó. Además, el equipo dirigido por Ernesto Valverde veía en él un refuerzo de primer nivel para reforzar una defensa que necesitará rotaciones a lo largo de la temporada.
El Athletic no se rinde y estudia presentar alegaciones ante las autoridades competentes, aunque las opciones son limitadas. En caso de que la inscripción quede definitivamente bloqueada, Laporte no podrá jugar con los leones al menos hasta el próximo mercado.
Este contratiempo supone un duro golpe para la planificación deportiva del club. El regreso de Laporte estaba llamado a ser un símbolo del proyecto, un refuerzo que mezclaba experiencia internacional, jerarquía y sentimiento de pertenencia. Ahora, el Athletic se enfrenta al desafío de mantener su ambición sin uno de los fichajes más esperados por la hinchada.





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