Tras apartarlo por una pelea violenta en el vestuario, el técnico del Olympique de Marsella muestra disposición al diálogo si existe voluntad común de arreglar el conflicto

Después del grave altercado entre Adrien Rabiot y Jonathan Rowe que dejó incluso a un compañero inconsciente, Roberto De Zerbi ha modulado su postura pública. Aunque inicialmente había decidido apartarlo de forma irremediable, ahora ha admitido estar abierto a la reconciliación personal si la relación puede reconstruirse con honestidad y humanidad.
En rueda de prensa tras la goleada 5-2 ante el París FC, el técnico declaró: “No soy del tipo que cierra las puertas con llave. Si puedo ayudar a resolver este problema, estoy dispuesto a hacer todo lo que esté en mi mano…”, aunque matizó que la decisión final no depende solo de él, sino del club con su presidente Pablo Longoria y del director deportivo Mehdi Benatia.
Recordemos que, tres días atrás, Rabiot y Rowe fueron sancionados “sine die” y puesto en la lista de transferibles después de la trifulca. De Zerbi tildó el incidente de “pelea de bar inglés”, defendiendo la necesidad de disciplina y orden, y subrayó que “el club está por encima de todo”.
Este giro de guion ofrece una ventana de esperanza: aunque la sanción fue firme, el mensaje de De Zerbi deja entrever que si Rabiot demuestra contrición, podría ganarse de nuevo un lugar en el equipo. Aun así, cualquier retorno dependerá de un consenso institucional y del comportamiento futuro del jugador.





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