Mark Bellingham, indignado por el cambio de su hijo en el debut en Bundesliga, protagonizó una acalorada discusión con la dirección técnica, lo que derivó en una nueva medida disciplinaria del club

La calma no ha durado mucho en el Borussia Dortmund. Durante el primer partido de la Bundesliga frente al St. Pauli, en el que el equipo cedió un empate 3-3 tras remontar un 1-3, Jobe Bellingham fue sustituido en el descanso. Su padre y agente, Mark Bellingham, visiblemente molesto, bajó al túnel de acceso al vestuario para exigir explicaciones. Aunque tenía la intención de hablar con el entrenador Niko Kovač, mantuvo la discusión con el director deportivo Sebastian Kehl, que estableció los límites de acceso al área técnica.

El club no tardó en actuar. Ante este episodio, Dortmund reforzó sus protocolos: familiares y asesores ya no podrán entrar en las zonas reservadas para jugadores, cuerpo técnico y directivos. El director general, Lars Ricken, afirmó que, pese a tener una relación cercana con la familia Bellingham, la situación exige mantener límites profesionales claros.

El enfrentamiento generó comentarios en el entorno futbolístico. El exentrenador Martin O’Neill calificó la acción del padre como “ridícula” e inapropiada, afirmando que no ayuda al desarrollo profesional del joven jugador.

En resumen, lo que parecía un partido de debut prometedor para Jobe Bellingham —tras su fichaje desde Sunderland— terminó en controversia institucional. La reacción emocional de su padre ha llevado al club a endurecer sus normas internas, poniendo por segundo episodio en cuestión la gestión de la presión mediática y familiar sobre los jugadores jóvenes.