El técnico del Olympique de Marsella aparta a Rabiot tras una pelea en el vestuario y defiende la institución por encima de cualquier figura

El entrenador del Olympique de Marsella, Roberto De Zerbi, ha lanzado un mensaje definitivo tras el altercado protagonizado por Adrien Rabiot y su compañero Jonathan Rowe en el vestuario: “No voy a prostituirme por un jugador que nos hace ganar partidos”. La frase, contundente, resume su rechazo a priorizar el talento individual sobre la integridad institucional.
El conflicto estalló tras la derrota frente al Rennes, cuando Rabiot y Rowe protagonizaron una trifulca que terminó con Bakola inconsciente en el suelo, recibiendo atención médica mientras los implicados seguían forcejeando. De Zerbi, recordando que «en un lugar de trabajo, o suspendes o despides», aclaró que ambos jugadores han sido apartados definitivamente de la plantilla.
Además, el técnico no dudó en criticar al entorno de Rabiot, incluida su madre, Veronique, por declaraciones que tildó de falsas y ofensivas hacia la dirigencia del club. “Se me ha acusado injustamente”, defendió, y agregó que él había apostado por Rabiot, colocándolo como capitán y brindándole más atención que a su propio hijo.
El mensaje fue claro: la institución está por encima de cualquier jugador. La situación, lejos de ser momentánea, marca un punto de inflexión en la temporada del Marsella y en el rumbo del proyecto de De Zerbi.
En resumen, De Zerbi ha zanjado cualquier duda: el fútbol exige disciplina, jerarquía y respeto. Si un jugador pone en riesgo esos valores, la puerta está abierta. Rabiot no volverá mientras el italiano esté al mando. El mensaje está claro: nadie está por encima del equipo.





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