Nuria Mallada nació en noviembre de 1991, en El Temple, Zaragoza. Mallada es exjugadora de fútbol profesional. Jugó en el Zaragoza C.F.F. durante 10 años, desde 2009 hasta 2019, siendo una de las capitanas más destacadas del club. Además, es la jugadora con más partidos en la historia de la entidad, con más de 300 encuentros disputados, y la máxima goleadora, con más de 60 goles. También militó en la S.D. Huesca Femenino y en el 1K Femenino, dentro de la Queens League.

Nuria no es solo exfutbolista, sino que también es pescadora profesional de agua dulce, logrando ser campeona del mundo en dos ocasiones: en Hungría 2017 y Portugal 2024.

Mallada explica, argumenta y denuncia los episodios de dificultades que ha enfrentado como deportista de alto rendimiento.

Fuente: Heraldo de Aragón. Nuria Mallada es la máxima referente en el Zaragoza C.F.F.
Fuente: Heraldo de Aragón. Nuria Mallada es la máxima referente en el Zaragoza C.F.F.

Pregunta: En tus inicios jugaste con niños. ¿Cómo fue esa etapa de jugar con y contra chicos?

Respuesta: Guardo muy buenos recuerdos, y la verdad es que prefiero quedarme con los momentos positivos antes que con los negativos. Sin embargo, es cierto que al principio, durante esa temporada de fútbol sala con Jorge del Cos como entrenador, había comentarios que costaban un poco más aceptar. 

Al final, los chicos solían tener su grupo de amistad, y en particular, quizá había un par de ellos que destacaban más en ese grupo y eran quienes más difícil me lo ponían, tanto como jugadora como por el hecho de ser mujer. Era la típica cuadrilla que se metía con todo lo que podía, y aunque yo, en ese momento, no era del todo consciente de que algunos comentarios iban dirigidos hacia mí, con el tiempo, al mirar atrás, me doy cuenta de lo que realmente significaban.

No dejé de jugar porque me gustaba mucho el fútbol, pero es verdad que, en ocasiones, esos comentarios te quitaban las ganas de continuar. Aun así, también tuve muy buenos compañeros que me hicieron el camino más fácil. Mantengo contacto con muchos de ellos, y tengo grandes amigas y amigos que conocí gracias al fútbol y que siguen siendo parte importante de mi vida a día de hoy.

“No dejé de jugar porque me gustaba mucho el fútbol, pero es verdad que, en ocasiones, esos comentarios te quitaban las ganas de continuar”.

P: Hasta que llegaste al Club Deportivo Prainsa, que en aquel momento se llamaba así, y debutaste en 2009, ¿querías llegar a ser futbolista profesional? ¿Siempre te lo planteaste o fue algo que surgió con el tiempo? ¿Qué dificultades atravesaste en ese camino hasta llegar?  

R: Claro, empecé jugando al fútbol con mi hermano y mi vecino en un pueblecito. Salíamos a la calle a jugar, y mi equipo preferido era el Real Zaragoza. ¿Qué pasaba? Que el Real Zaragoza no tenía equipo de chicas, y a mí me hubiera encantado jugar en La Romareda. Para mí era un sueño, y, gracias a Dios o al trabajo, lo cumplí: he podido jugar en La Romareda.  

Sin embargo, en aquel entonces no sabía que se podía llegar a ser futbolista de primera división. No tenía referentes femeninas. Para mí, mis ídolos eran jugadores como Milito, Savio, Iniesta o Ronaldinho. No sabía que podía llegar a vestir la camiseta de un club importante ni que podría jugar en estadios. Cuando tenía 5, 6 o 7 años, era solo un sueño.  

Gracias al trabajo de muchas personas que se han involucrado en el fútbol femenino, hoy las niñas tienen una realidad muy distinta. Ahora pueden decir que quieren ser parte del Zaragoza Club de Fútbol Femenino, que ha jugado en La Romareda, y tienen referentes femeninas claras.  

Hoy, con las redes sociales, estamos todos más conectados y cercanos. Las niñas ya no solo nos ven a nosotras, sino también a jugadoras como Alexia Putellas, María León o Marta Cardona, que están en equipos de primera división vistiendo camisetas con escudos importantes a nivel nacional. Para ellas, ya es algo tangible.  

Para mí, en mi infancia, era solo un sueño que, afortunadamente, se cumplió. Lo más bonito de todo esto es que ahora, para las niñas de hoy, ya no es un sueño lejano, sino una realidad posible.  

P: ¿Cómo te sientes tú ahora, sabiendo que has sido una referencia para ese grupo de niñas que pueden cumplir el sueño de llegar a ser futbolistas profesionales?  

R: Sí, creo que ha sido un trabajo duro, pero sin quererlo. Al final, hemos tenido que jugar por muy poco, compaginando con otros trabajos, pero era nuestra ilusión. Y está muy bien que ahora se pueda vivir de esa ilusión, que te compense. Pero para ellas, hoy en día, el poder vivir de esto va a ser algo fantástico.  

No me creo que haya sido un referente o que haya abierto este camino, porque para mí, mis compañeras anteriores, las más grandes, las más veteranas, fueron las que me lo abrieron. Así que creo que esto es una cadena, generación tras generación, y poco a poco, entre todos, estamos haciendo que el camino hacia la profesionalización del fútbol sea más fácil.  

Sobre todo, agradezco que ahora ellas tengan la oportunidad de vivir de su pasión y, ojalá, las próximas generaciones lo tengan aún más fácil.

P:Dentro de lo que ha sido ese camino, que empezaste en el C.D Zuera, luego pasaste al Prainsa y llegaste a ser jugadora profesional, ¿tuviste alguna presión externa por parte de algún entrenador, preparador físico o presidente?  

R: Presión como tal, en realidad no. Tuvimos un entrenador, Alberto Berna, que era muy consciente de las condiciones en las que estábamos. Sabía que teníamos que compaginar el fútbol con los estudios o el trabajo, así que siempre mostraba cierta flexibilidad. Nos exigía hasta un punto razonable, pero también sabía cuándo debía adaptarse, y eso era algo que yo valoraba mucho.  

Sin embargo, sí me he encontrado con comentarios desafortunados, especialmente de periodistas, entrenadores, e incluso árbitros. Por ejemplo, hubo quienes decían que con la regla no se podía jugar ni entrenar, y llegué a creerme que me estaba inventando el dolor. También recuerdo comentarios sobre el cuerpo, como: “¿Cómo vais a jugar con esas tetas?”, o insinuaciones de que con eso no se podía correr.  

Por desgracia, los árbitros también hicieron comentarios machistas, como decirnos: “A ver si os vais a fregar ya” o “¿Qué hago aquí pitando un domingo?”. Esos comentarios, que todavía persisten en menor medida, reflejan las trabas con las que hemos tenido que lidiar.  

Hoy en día, aunque quedan cosas por mejorar, creo que hemos avanzado mucho. Los aficionados que ahora asisten a un partido de fútbol femenino lo hacen sabiendo que es diferente al masculino, pero igual de bueno, importante y con calidad. Me quedo con lo positivo, pero creo que también es importante recordar estas experiencias para que no se repitan.

“Sí me he encontrado con comentarios desafortunados, especialmente de periodistas, entrenadores, e incluso árbitros«.

Fuente: MARCA. Nuria Mallada jugo siempre para equipos de Aragón.
Fuente: MARCA. Nuria Mallada jugo siempre para equipos de Aragón.

P: Y una vez que ya debutas en 2009 como jugadora profesional, ¿qué fue lo mejor de todo el proceso que recorriste desde empezar en el C.D Zuera hasta llegar a ese momento?  

R: Muchas cosas buenas. Me he llevado personas muy importantes y grandes amistades por el camino, y eso es algo que valoro muchísimo. También el haber tenido la oportunidad de competir en primera división, de jugar una final de la Copa de la Reina y de disputar un partido internacional en Guinea Ecuatorial.  

Aunque reconozco que la primera división de entonces no es como la de ahora, que también tiene detrás muchísimo trabajo, yo me llevo muy buenos momentos personales y deportivos. Creo que al final esos recuerdos, esas experiencias y las personas que han estado conmigo son con lo que realmente me voy a quedar.

P: ¿Y lo malo de ese proceso?  

R: Lo malo de ese proceso es que creo que he gestionado sola mi salud mental. En aquel entonces no teníamos un staff más amplio ni los recursos que quizá existen ahora. No nos podíamos permitir eso. Además, lo he compaginado con la pesca y con los estudios, lo que aumentó muchísimo la exigencia, aunque en ese momento yo no la veía del todo.  

Me rodeé de mi familia y gestioné todo como pude, sin querer realmente hacerlo de forma consciente. Pero creo que, si hubiera pedido ayuda, si hubiera estado más normalizado trabajar la salud mental o alguien me hubiera echado una mano, las cosas habrían sido más llevaderas.  

También pasé por momentos de conflicto entre los dos deportes que practicaba. Recibía comentarios de los entrenadores de ambos lados diciendo que entrenaba poco, pero yo quería hacerlo todo, quería dedicarme a los dos. Sin embargo, mirando hacia atrás, creo que me habría gustado trabajar mejor esa parte emocional y mental para llevar todo con mayor equilibrio.

“Lo malo de ese proceso es que creo que he gestionado sola mi salud mental».

P: Ahora, siendo exjugadora profesional, ¿qué presiones fueron las que más te afectaron a nivel mental o físico? ¿Cómo te afectaron?  

R: Como te he dicho, estábamos en un equipo de primera división, pero no éramos profesionales en el sentido completo de la palabra. Aun así, a veces nos exigían como si fuéramos jugadoras que se dedicaban las 24 horas al fútbol, olvidando que estábamos compaginando los estudios y el trabajo con nuestra carrera deportiva.  

Esa exigencia, tanto externa como interna, era complicada de manejar. Al final, hay una autoexigencia muy grande porque piensas: «Soy jugadora profesional, tengo que rendir como alguien que solo se dedica a esto». Y eso te genera un peso mental importante, porque aunque dabas todo lo que podías, siempre quedaba esa sensación de «podría haber dado más» o «no he dado todo lo que tenía».  

Ese pensamiento puede ser difícil de soltar, porque te das cuenta de que estabas haciendo lo mejor posible dentro de las circunstancias, pero aun así a veces te quedabas con esa espinita. Con el tiempo he aprendido que hay momentos en los que es mejor no darle tantas vueltas, aceptar que hiciste lo que estaba en tus manos y que, aunque hubo momentos difíciles, diste lo mejor de ti con los recursos que tenías.

“Nos exigían como si fuéramos jugadoras que se dedicaban las 24 horas al fútbol, olvidando que estábamos compaginando los estudios y el trabajo con nuestra carrera deportiva”.

P: Yéndonos un poco más a lo concreto, ¿tú has tenido alguna vez alguna presión por tu físico o tu estética? ¿Alguien te ha presionado por la estética o el físico?  

R: Sí, el comentario que te mencioné antes sobre «las tetas», por ejemplo, ni siquiera lo debatí en su momento porque me parecía completamente absurdo. Es un comentario ridículo y lamentable, y creo que no merece ni ser discutido. Alguien que te dice algo así no entiende nada, y lo mejor que puedes hacer es evadirte de ese tipo de cosas. Pero claro, luego te paras a pensar y dices: «Joder, estamos en una época en la que este tipo de comentarios no deberían ni existir».  

Afortunadamente, creo que esto está cambiando. Estas presiones, o al menos los comentarios, están más presentes en generaciones anteriores. Ahora me reúno con niños, chicos de entre 5 y 12 años, que ven a una chica jugando al fútbol y no dicen nada, lo ven normal. Esa mentalidad se está transformando, y las nuevas generaciones no tienen esos prejuicios.  

Creo que se está creando una base mucho más sólida para la profesionalización y visualización del fútbol femenino. Nosotras tuvimos que luchar con muchas trabas y prejuicios, pero las generaciones que vienen ahora están creciendo en un entorno más inclusivo y respetuoso, y eso es algo muy positivo.

Fuente: Heraldo de Aragón. Mallada siempre compaginó la pesca, el fútbol y los estudios.
Fuente: Heraldo de Aragón. Mallada siempre compaginó la pesca, el fútbol y los estudios.

P: Echando un poco la vista atrás y viendo que has sido capitana del Zaragoza C.F.F, del Prainsa y del Transporte Alcaine; que has estado 10 años en el club; que además fuiste jugadora del Huesca Femenino; que has sido la jugadora con más partidos en la historia del Zaragoza Femenino con más de 300 partidos… ¿hay algo de lo que realmente te arrepientes o has sido feliz en ese camino?  

R: Ahora que lo dices, casi me emociono, porque han sido 30 años dedicados a este deporte y, hostia, no sabía que tenía tanto palmarés. He sido muy feliz. Sí que me hubiera gustado, al final, dar un poquito más. Ahora el fútbol cuida mucho más a la deportista de una manera más específica. Me hubiera gustado cuidar más la alimentación, hacer dobles sesiones de gimnasio, ese tipo de cosas. Me arrepiento un poco de no haberlo hecho antes, pero también entiendo que con 18 años es muy difícil estar completamente centrada.  

Recuerdo que cuando iba a debutar en Primera División, era Pilares y había un concierto el sábado. Yo iba a ir al concierto, y mi padre me preguntó: «¿Dónde vas?». Le dije: «Al concierto». ¡Y al día siguiente tenía partido con el primer equipo! Hay ciertas cosas que a los 18 o 19 años cuesta un poco más tener claras.  

También me hubiera gustado dedicarle más tiempo al gimnasio, a la nutrición, y cuidarme más en general, pero no me arrepiento de nada. He sido muy feliz. Por suerte, me he retirado cuando yo he querido, no porque las lesiones me obligaran.  

Puedo decir que he cerrado esta etapa con satisfacción, y ahora me toca ayudar desde el otro lado, aportando al crecimiento del fútbol femenino. 

P: ¿Por qué te retiraste a una edad tan temprana?  

R: No fiché por ningún club que me pudiera dar un sustento más sólido a nivel profesional. Recuerdo que tuve una oferta del Betis, pero prioricé quedarme en Zaragoza y terminar mis estudios. Quizás esa es una pequeña espinita que tengo, el no haberme ido a otro club. Pero decidí quedarme aquí, con el Zaragoza, porque también descendimos a Segunda y, tras eso, tuve la suerte de fichar por la Sociedad Deportiva Huesca. Allí ya parece que decidí retirarme definitivamente. Estábamos en una categoría inferior y el salario era todavía menor, lo que hacía imposible compaginarlo.  

Mi retirada fue, primero, por los estudios, pero también por motivos económicos. Todavía no hay un convenio profesional establecido en el fútbol femenino. Es cierto que existen unos mínimos, pero son mínimos muy básicos. A nivel económico, sí se puede vivir del fútbol siendo Marta Cardona o María León, pero quizá siendo Nuria Mallada todavía no.  

Además, lo compaginaba con la pesca, que es una de mis grandes pasiones. No podía decirle a un entrenador que en agosto me iba una semana fuera a pescar, porque en agosto ya empieza la pretemporada. Así que fue una combinación de todo: estudios, economía y, al final, prioridades personales. 

“No fiché por ningún club que me pudiera dar un sustento más sólido a nivel profesional. Recuerdo que tuve una oferta del Betis, pero prioricé quedarme en Zaragoza y terminar mis estudios.”

P: Has sido campeona del mundo dos veces, en 2017 en Hungría y ahora en 2024 en Portugal. ¿Qué te lleva a pasar de los focos de un estadio de fútbol a la tranquilidad y soledad del río y la pesca?  

R: La pesca viene porque mi padre es pescador, así que es algo que he vivido desde pequeña. Es cierto que una cosa es ir a pescar por afición, entrenar o hacerlo con los amigos, donde puede haber más soledad y tranquilidad. Pero cuando te dicen: «Nuria, tienes el campeonato del mundo», te cagas patas abajo. Esa idea de tranquilidad es un poco relativa, porque en los campeonatos la presión es enorme, pero también muy emocionante.  

Al final, esta afición la heredé de mi padre, y he tenido la suerte, gracias a la flexibilidad que me ha dado la pesca, de seguir compitiendo hasta el día de hoy, y de convertirme en campeona del mundo.  

Además, la vida deportiva de un pescador es mucho más larga que la de un futbolista. A nivel económico es igual: lo hago por amor al arte. Pero la pesca tiene algo especial, porque aunque pueda parecer solitaria, siempre viajo rodeada de mi familia. Es un deporte que comparto con ellos, y eso lo hace aún más significativo para mí.  

Soy una persona ambiciosa y competitiva. Ese gusanillo de querer ganar lo tengo tanto en el fútbol como en la pesca. Por eso, mientras pueda, voy a seguir compitiendo y disfrutando de este deporte que me apasiona.  

Fuente: El periódico de Aragón. Nuria Mallada es la actual campeona mundial de pesca de agua dulce.
Fuente: El periódico de Aragón. Nuria Mallada es la actual campeona mundial de pesca de agua dulce.

P: En el mundo de la pesca, ¿has tenido presiones? Ya sean externas o internas.  

R: Sí, he tenido presiones en la pesca, tanto externas como internas. Por ejemplo, cuando me tocaba entrenar con la selección española, el entrenador me decía que había entrenado poco, y era cierto, porque no había podido entrenar todo lo necesario. Eso me generaba mucha frustración.  

He llorado mucho, tanto en la pesca como en el fútbol. Hubo momentos en los que le decía a mi padre que no quería pescar más, porque si no podía dedicarle el tiempo necesario para practicar de manera profesional, sentía que no tenía sentido. Ha habido campeonatos en los que he fallado precisamente por esa falta de preparación.  

Mi padre ha sido una figura clave en mi vida, y estoy muy agradecida porque, gracias a él, he ganado muchas cosas. Pero también es muy perfeccionista, demasiado. Tiene que estar todo exactamente como él lo ve. Algo tan simple como decirme: «Nuria, tenemos que hacerlo muy bien, tenemos que ir a ganar», aunque lo diga sin ninguna maldad, me genera muchísima presión.    

Internamente, esa presión se multiplica porque siempre quiero hacerlo lo mejor posible, y saber que no le estoy dedicando el tiempo que me gustaría me afecta. Entre el fútbol, la pesca, la familia, la pareja, los estudios y el trabajo, ya es complicado compaginarlo todo. A veces siento que no puedo abarcarlo todo como me gustaría, pero sigo intentando dar lo mejor de mí en cada cosa que hago.  

“He llorado mucho, tanto en la pesca como en el fútbol. Hubo momentos en los que le decía a mi padre que no quería pescar más, porque si no podía dedicarle el tiempo necesario para practicar de manera profesional, sentía que no tenía sentido.”

P: Hablando de tu último paso por el fútbol, la Queen’s League, ¿cómo te llega la oferta de poder jugar en esta nueva competición?  

R: La historia de cómo llegué a la Queen’s League es bastante curiosa. Un día nos juntamos en Zaragoza cuatro compañeras del Huesca: Sara, Sanau, Toti y Lolo. Quedamos para jugar pádel, pero al final no surgió lo del pádel y terminamos echando unas cervezas. Mientras hablábamos, vimos que estaba la King’s League y que pronto saldría la Queen’s League, así que se nos ocurrió mandar la solicitud para participar.  

Para entrar había que enviar una solicitud previa con algunos vídeos demostrando tus habilidades, y recuerdo que hubo unas 1.200 chicas que se inscribieron. De esas, seleccionaron a 250 para hacer el draft. Sanau y yo mandamos nuestra solicitud y tuvimos la suerte de que nos escogieran a las dos para participar en el draft, que se hizo en Barcelona.  

Fue una experiencia increíble. Finalmente, pasamos el corte y quedamos entre las 100 jugadoras seleccionadas para formar parte de los equipos. Lo más emocionante fue todo el revuelo mediático que generó. Honestamente, hubo más atención y repercusión mediática en esta experiencia que cuando jugaba en Primera División, lo cual para mí fue alucinante.  

Además, estar rodeada de mis referentes fue un premio en sí mismo. Mi presidente era Iker Casillas, y también estaba el Kun Agüero, entre otros grandes nombres del fútbol. Verme en ese ambiente, rodeada de figuras a las que siempre admiré, fue algo increíble, como un regalo que nunca imaginé recibir.

Fuente: El Diario de Huesca. Nuria fue de las pocas exfutbolistas en jugar en el Queens League.
Fuente: El Diario de Huesca. Nuria fue de las pocas exfutbolistas en jugar en el Queens League.

P: ¿Has tenido presiones dentro de lo que es la Queen’s o ya fue algo un poco más relajado a pesar de lo profesionalizada que está y todo el revuelo mediático que tiene?  

R: No, en la Queen’s League sí que era más relajado, aunque sin perder el compromiso. Es decir, el nivel de compromiso era el mismo, pero no tenía la misma presión que en una Primera División. Hoy en día, esa presión en la Primera División es algo que, a nivel histórico, es más exigente, pero en la Queen’s la dinámica era diferente. Para mí, como despedida, ha sido lo mejor que podría haber experimentado.

P: Como última pregunta, ¿el futuro de Nuria Mallada va a ser feliz?  

R: Vamos a luchar por ello. Es cierto que tanto la pesca, el fútbol, como mi vida personal me han dado muchos valores. Obviamente, habrá caminos duros, y el futuro no va a ser fácil, pero me voy a quedar con todo lo bueno. Muchísimas gracias por recordar todo mi pasado, porque al hacerlo, se me ponen los pelos de punta, y me hace darme cuenta de que he sido muy feliz.

Vídeo completo en mi canal de YouTube: Alex Cajo

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